jueves, 28 de noviembre de 2013

Flagelo silencioso

Mujer; naciste para ser amada, no para ser usada, ni mucho menos maltratada”.

Torturadas, violadas y ahorcadas. Así fueron encontrados los cuerpos de las hermanas Mirabal el 25 de noviembre de 1960. Ellas se opusieron fervientemente a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en  la República Dominicana. Este hecho despertó tal indignación social que acabó seis meses después con la caída y muerte del caudillo.

El Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer, nace en honor a estas tres hermanas, pero son millones las mujeres detrás de este  grave fenómeno social.
En Ecuador 6 de cada 10 mujeres con edades entre los 15 y 49 años han sufrido algún tipo de violencia de género, según la encuesta nacional de relaciones familiares y violencia de género contra las mujeres, publicado en el 2012 el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC). 

Cuando el afecto y la protección se convierten en amenaza, daño y temor, la violencia es inminente. "Yo te golpeo porque te amo", "tú haces que te golpee porque te portas mal" son frases que justifican al agresor y ponen una venda en los ojos a las víctimas. El dato más alarmante es que el 90% no deja a su pareja a pesar de las agresiones, según el INEC.

Daniela cuenta su testimonio tras cuatro años de haber sido maltratada física y psicológicamente. “Sentía que solo servía para hacer la comida y limpiar la casa, mi autoestima estaba por los suelos, llegué a pensar que tenía suerte de haber encontrado a un hombre que se fije en mi”. No se atrevió a denunciar los maltratos por temor a que nadie le creyera, hoy la Organización María Guare le abrió las puertas y es una nueva persona.

Son muchas las razones por las que el silencio es la primera opción, frecuentemente el haber socavado el autoestima de la víctima es la más poderosa arma del agresor. La misma es potenciada por la dependencia económica y afectiva.

La psicóloga Gabriela Goya indica que todas las personas, sin exclusión, está intervenidas por mitos culturales que benefician la supremacía y violencia masculina. “La desigualdad sexual incita al agresor a tener la necesidad de abusar del poder en las relaciones de dependencia, donde él tiene más poder que la mujer”, agrega.

Actualmente hay diferentes recursos que respaldan la integridad de las féminas como la Comisaria de la Mujer y la familia, Organización María Guare, boletas de auxilio o el internamiento a una casa de acogida.

El Municipio de Guayaquil ha decidido crear campañas de concienciación con jornadas ciudadanas como el “Buen trato” y “Cartas de Mujeres” que incentivan a la auto valoración y al respeto a sí mismas. Además celebra haber disminuido un 14% los casos de violencia  con respecto al 2012. Aunque aún hay mucho en que trabajar.



Por: Brigitte Contreras

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