Guayaquil,
puerto principal de nuestro país,
su historia, su calidez y cuantiosas oportunidades de
trabajo han hecho que millones de personas hayan cambiado su tierra natal por
establecerse aquí. Pero como no todo es bueno también ha sido cuna de vicios
que afectan en gran magnitud a sus habitantes. El más destacado de estos, la
delincuencia.
La
inseguridad se ha convertido en una forma de vida para los guayaquileños,
clasificándola fácilmente como una de las ciudades más peligrosas del Ecuador.
Según un reporte de las Naciones Unidas los niveles de inseguridad en Guayaquil
la han ubicado entre las 20 ciudades más inseguras de Latinoamérica.
En los tres primeros meses de 2013, en relación con el mismo
periodo de 2012, los delitos en Guayaquil tuvieron un aumento comparativo de
casi el 50 por ciento, según un informe de gestión presentado por el
Observatorio de Seguridad Ciudadana de Guayaquil (OSCG).
La
delincuencia más común es la llamada delincuencia menor que incluye delitos
como asaltos, carterismos, robos, fraudes, violaciones, vandalismo, grafitis y pinturas
en muros y monumentos.
Carlos Lastra, jefe de Policía del circuito Juan Montalvo, que
cubre el sector de esta cooperativa, señala que hay tres UPC (Unidad de Policía
Comunitaria). Además de seis zonas de patrullajes que rondan constantemente
alrededor de doce policías durante el día, en tres turnos. “El circuito intenta
vigilar y ser un apoyo para la ciudadanía, pero también debe haber prevención
por parte de las posibles víctimas, en su mayoría porque andan con sus
celulares en las manos en sitios oscuros o no muy transitados”, comenta el
oficial.
Johanna Córdova, ciudadana, considera que es deprimente
reconocer que no hay seguridad en su propia ciudad. “No podemos mostrar nada,
siempre con el temor de ser asaltadas o golpeadas si oponemos resistencia”.
La psicóloga Gabriela Goya indica que se ha establecido una
cultura del hurto. Esto en ocasiones se debe a
la pérdida de valores éticos y morales en el hogar, la crisis económica,
el desempleo masivo, entre otros.
Es cierto que se ha incrementado el número de patrullajes, sin
embargo están a la par con el número
de delincuentes. Delincuentes que son cada vez más jóvenes.
Por: Brigitte Contreras
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