La música popular ecuatoriana

En la música tradicional ecuatoriana existen varios estilos.  Los géneros más conocidos son el pasillo, pasacalles, rokoleras, amorfinos. Estos estilos son populares y han evolucionado a lo  largo de la historia, “estos géneros identifican la cultura de cada ciudad del Ecuador en sus melodías y letras” según Diego Cuenca, estudiante de música.

Gustavo Ramírez, músico y docente, manifiesta que el pasillo es un género que tiene raíces colombianas y costarricenses, este género llega al Ecuador a principios del siglo XlX, actualmente es cantado con el acompañamiento de la guitarra y requinto. Podemos escuchar sus interpretaciones en las calles de Guayaquil, por los famosos chicheros o también conocidos como lagarteros, son dúos que tocan sus guitarras interpretando los principales temas del pasillo ecuatoriano.

El pasillo tradicional es en esencia un poema de amor musicalizado, cuya letra esta influenciada por las vivencias cotidianas. Unos de los artistas más influyentes de este género, fue el Ruiseñor de América, Julio Jaramillo, que grabó innumerables temas, además participó en coproducciones fílmicas y su nombre está arraigado a la memoria nacional e internacional.  

Antonio Fernández, músico de profesión, explica que los amorfinos son poesías, rimas, canciones populares, que están son parte de la tradición de los pueblos montubios de la costa ecuatoriana. En este género se mezcla lo romántico, el sentimiento, el humor y la imaginación. Estos son requisitos indispensables al momento de la exclamación.

La mujer bella y malgenio

es parecida al limón,

la cáscara es la bonita

pero agrio, agrio el corazón.

El pasacalle, es un estilo musical de Ecuador y Perú similar al pasillo. Este es un género de origen europeo. En Ecuador el pasacalle es interpretado por bandas, que tienen similitud con los pasodobles. Es caracterizado por sus textos que cantan a las ciudades y provincias. “Cada ciudad del Ecuador tiene un pasacalle con el cual se la identifica, por ejemplo: El chulla quiteño; Guayaquileño, madera de guerrero; Ambato, tierra de flores” dijo Diego Bajaña, Antropólogo y docente de la Universidad Estatal de Guayaquil. 

Por: Guillermo Bonilla