Manuel Pérez recorre el sur de Guayaquil desde muy tempranas horas el día. |
Manuel
Pérez no deja que el exquisito producto natural desaparezca de la urbe porteña
Una carretilla de color azul,
una bocina accionada con una bombita de aire y todas las ganas de ofrecer una
refrescante golosina, son las características que tienen los vendedores del
tradicional helado artesanal Ideal.
Este postre habitual que
por mucho tiempo ha gustado a los habitantes de la urbe porteña, aún es
consumido por quienes buscan refrescarse con la variedad de sabores que se
producen en esta labor netamente “guayaca”.
Este es el caso de Manuel Pérez,
quien lleva más de 30 años trabajando en
el viejo oficio de heladero, comenta que con ello ha mantenido a sus 5 hijos y
ha llevado sonrisas a los pequeños que desean degustar la cremosa golosina.
“Este trabajo lo aprendí de mis
abuelos desde que era muy pequeño y lo seguiré haciendo para dar felicidad a
los niños, que son quienes más consumen los helados”, manifestó Pérez.
El refrescante producto es
preparado con sabores a guayaba, mora, chocolate, frutilla, naranjilla, durazno
y hasta ciruela (cuando es temporada también lo hace de mango) pero, el más
habitual es el de coco.
“Se compran las frutas según el
sabor que uno quiera y se las cocina. Luego se licua y se cierne. De allí se
lleva todo esto a una fábrica para poner la mezcla en una procesadora
especial”, explicó el heladero, indica que para mantener la textura del
producto se agrega hielo seco con sal en grano en el exterior de los tanques
que contienen la masa helada.
Pérez inicia su labor a las
05:00 y culmina a las 19:00; y comercializa desde 30 centavos de dólar hasta
$1,00 el vaso.
“Hay ocasiones en que los niños
no tienen mucho dinero y les vendo a 10 centavos o $ 0,15 el vasito que viene
con un cono de galleta o barquillo. Lo importante es que no se queden con las
ganas”, explicó.
Los guayaquileños amantes de
esta delicia refrescante indican que es una tradicional costumbre que lleva
varios años.
“Son muy buenos y desde que era
niño le compro a don Manuel el helado de coco, que es mi preferido”, dijo
Manuel Campoverde, mientras degustaba su aperitivo, en las calles García Moreno
y Francisco Segura.
Del mismo modo sostuvo Luis
Enrique, quien agregó que los helados son el postre popular de Guayaquil. “Esta
es la golosina de todo guayaquileño y la consumo desde que era niño; y sigue
siendo igual, solo que se ha perdido la costumbre de esta tradición”.
La familia de Manuel Pérez, considera
que este trabajo ha sido el pilar fundamental de su hogar, puesto que con ello
ha dado educación a sus hijos. Miguel, el mayor de ellos comentó: “Mi papá ha
sido muy trabajador y los helados ideal aparte de ser una tradición
guayaquileña son nuestra vida diaria ya que nosotros le ayudamos hacerlos día a
día, desde que éramos muy pequeños”.
Asimismo, Lety, su hija menor,
sostuvo que incluso sus amistades han sido parte de este trabajo de muchos
años. “Mis amigos y sus familias también han sido nuestro clientes, ya que
cuando tenían alguna fiesta o un evento nos pedían el helado en grandes
cantidades”, dijo.
A pesar del paso de los años
esta delicia guayaquileña ha permanecido, llenando de recuerdos a quienes lo
consumen y manteniendo a diario a la familia de Don Manuel.
Por: Cinthia Herrera
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